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Casi 16 años después de la desaparición de la pequeña Madeleine McCann en el sur de Portugal, una joven polaca ha vuelto a poner el foco en este caso al asegurar que podría ser ella y no ha dudado en compartir algunos de los indicios que, si bien no demuestran su identidad, bien podrían servir para tener en cuenta esta posibilidad e incluso corroborarlo a través de una prueba de ADN que ella misma ha pedido. Coincidencias físicas Entre los indicios que aporta la joven están algunas similitudes físicas que tiene con la joven Maddie, según ha revelado en un vídeo de Instagram, como dos pecas en su pierna, una mancha al lado de su ojo y la heterocromía que sufren ambas, una anomalía en los ojos en la que los iris son de distinto color. Además del parecido que puede tener con una Madeleine con 15 años más, cuya evolución es difícil de conocer, Julia ha compartido también fotos de los progenitores, Kate y Gerry McCann, con los que cree tener también algunas semejanzas físicas. Código Desktop Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Help me, I need to talk with Kate and Gerry McCann (@iammadeleinemccan)
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Abusos y un pasado confuso Más allá del físico, la joven ha compartido parte de su pasado, del que apenas tiene recuerdos, para intentar obtener respuestas con una prueba de ADN. Asegura que de pequeña sufrió abusos por parte de un pedófilo alemán llamado Christian Brueckner, quien resulta ser el principal sospechoso en la investigación sobre la desaparición de Madeleine, aunque no ha podido ser condenado por este caso por falta de pruebas concluyentes. Brueckner se encuentra en prisión en Alemania por otros delitos, ya que se han presentado numerosas acusaciones contra él por agresiones sexuales y abusos a menores. Además, asegura que su familia de adopción no le da respuestas sobre su pasado y, aunque lo ha intentado, nunca ha podido acceder a su partida de nacimiento. Algunos datos no encajan La joven, que no ha dudado en solicitar una prueba de ADN que certifique si realmente es Madeleine McCann, denuncia que las autoridades no creen que pueda ser ella, pero lo cierto es que algunos datos no coinciden con la niña desaparecida. En concreto, su edad. Maddie, que desapareció con 4 años, tendría en la actualidad 19 años, mientras que Julia tiene 21. No obstante, alega que esa es la edad que pone en los documentos, pero que pueden haber sido falsificados. «Según los documentos, tengo 21 años, pero creo que, cuando alguien secuestra a un niño, probablemente le cambie su identificación », justifica. Según algunos medios británicos, la familia estaría dispuesta a realizar la prueba de identidad.