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¿Se podían haber salvado esas vidas? Esta es la pregunta que hoy se hacen los italianos, en medio de una notable polémica, después de la última tragedia de inmigrantes en el Mediterráneo, con 62 cuerpos recuperados , entre ellos 14 menores y 33 mujeres. Hubo también 81 supervivientes y decenas de desaparecidos, por el naufragio de un viejo barco pesquero turco, con ciudadanos de diversas nacionalidades, fundamentalmente de Afganistán, Pakistán e Irán, cuando estaba a poco poco menos de 200 metros de las costas italianas, en la madrugada del domingo. Horas antes, un avión de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) había dado la alerta sobre la embarcación, cuando estaba a unas cuarenta millas de la costa calabresa. Una patrullera llegó a partir para intentar ayudar al barco de 20 metros de eslora, en el que se hacinaban unas 200 personas. Pero se dio la vuelta por las dificultades de navegación, en un mar tormentoso con olas de cuatro metros de altura. Entre las tres y las cuatro de la madrugada, desde la frágil y vieja embarcación turca, los inmigrantes que veían las luces cercanas creyeron que estaban salvados y que el final de su viaje llegaba a su fin, tras cuatro días de angustiosa y complicada navegación en un mar embravecido. Pero entonces el barco se partió y quedó completamente destrozado al tocar alguna roca. Poco antes de las cinco de la mañana, un pescador vio los restos de la embarcación y cuerpos flotando en el agua ante la playa de Steccato di Cutro (Crotone). Avisó de la tragedia y llegaron los primeros socorristas. La playa de Cutro se convirtió poco después en un cementerio. En sacos blancos se metieron los cuerpos, en fila sobre la arena. Tras impartir la bendición, el sacerdote Pasquale Squillacioti declaró: «Estamos ante un escenario apocalíptico. Vi a un niño completamente desnudo sacado de las olas, y en esa imagen vi la carne de Cristo». Noticia Relacionada estandar No La izquierda italiana elige por primera vez a una mujer, Ethel Schlein, como líder del PD Ángel Gómez Fuentes La nueva secretaria general propugna una política muy dura contra la primera ministra, Giorgia Meloni, con el objetivo de hacer una oposición muy intransigente La polémica La primera ministra, Giorgia Meloni, después de reiterar su compromiso para «impedir las salidas de inmigrantes y con ellas la consumación de estas tragedias», hizo una advertencia para evitar la especulación sobre los muertos y lanzó una crítica: «La acción de quienes hoy especulan con estos muertos hablan por sí solas, después de haber exaltado la ilusión de una inmigración sin reglas ». Nicola Frantoiani, secretario de Izquierda Italiana, ya había criticado al Gobierno: «Por ahora, 50 muertos, pero podrían ser al menos el doble. Una ‘carga residual’, ¿no es verdad, Gobierno Meloni? Evidentemente, si hubiera habido un sistema de búsqueda y rescate, tal vez podrían haberse salvado», sentenció el político de extrema izquierda. Mientras el Ejecutivo y los partidos del centro derecha acusaban a los traficantes de seres humanos, calificados como «criminales», y pedían que interviniera con urgencia la Comisión Europea para afrontar fenómeno de la inmigración, la oposición y las ONG criticaban al Gobierno Meloni por su política migratoria, en particular sobre las ONG. La mayoría gubernamental aprobó definitivamente el pasado jueves, en el Senado, una ley que introduce algunos requisitos para las ONG involucradas en el rescate de inmigrantes en mar abierto. En caso de que no se respeten las normas, el capitán del buque se expone a una multa administrativa de hasta 50.000 euros. Poco antes de las cinco de la mañana, un pescador vio los restos de la embarcación y cuerpos flotando en el agua ante la playa de Steccato di Cutro (Crotone) Enrico Letta, secretario saliente del PD , pidió que se permitiera que «todos los que pueden detener las masacres en el mar, desde las autoridades públicas hasta las ONG, lo hagan: esta tragedia no puede quedar sin una respuesta a nivel político e institucional». Mientras, la ONG Sea Watch hacía público un duro comunicado: «Es intolerable que la única vía de acceso a Europa sea el mar. La ausencia de una misión europea de búsqueda y salvamento es un crimen que se repite todos los días». El debate se extendió también a los medios de comunicación. En el canal La7, el médico y socorrista calabrés, Orlando Amodeo, lanzaba una dura acusación, convencido de que se podía haber rescatado a los inmigrantes: «Llevo 30 años haciendo operaciones de socorro, ha habido rescates con embarcaciones adecuadas incluso en empeoran las condiciones del mar. Hace unos años, con un barco pequeño, con una fuerza de mar 7-8, íbamos seis hombres y salvamos a 147 personas». Es una polémica interminable . Mientras, el Mediterráneo se ha convertido en un gran cementerio: Según coinciden diversas fuentes, desde el 2014 hubo más de 26.000 muertos y desaparecidos en su intento por llegar a Europa.