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Entró en la la sucursal de la Sparkasse, en Garben-Mitte, poco después de las once de la mañana del miércoles. Se dirigió al área de ventanillas y, tras recibir el simpático saludo de uno de los empleados, que le preguntó en qué podía ayudarle, exigió que le fuera entregado todo el dinero de la caja. El empleado en cuestión tardó unos segundos en reaccionar y fue entonces cuando profirió la amenaza: «Si no me lo das, tendrás que asumir las consecuencias». «Acabaré con todos», repitió su intento de intimidación. El figura tiene nueve, como mucho diez años, según ha deducido la policía de Hannover de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad y de los testimonios de los empleados. Cuando varios de ellos entendieron lo que estaba sucediendo, trataron de acercarse al niño para razonar con él, pero el pequeño atracador, frustrado porque nadie parecía tomar en serio sus exigencias, se marchó del banco. Todo habría quedado en mera anécdota si no fuese porque dejó atrás una pequeña maleta negra y de carcasa dura, habitual para llevar los libros del colegio entre los escolares alemanes. Ante esta circunstancia, fue activado el protocolo correspondiente. Los empleados pidieron a los clientes en la oficina que abandonasen el local y ellos mismos se pusieron a salvo en la habitación a prueba de bombas. La policía llegó en pocos minutos y acordonó varias calles alrededor de la sucursal, pero después de que los artificieros comprobasen que el bulto era completamente inofensivo, comenzó la inútil búsqueda: el aspirante a ladrón de bancos no aparece. Noticia Relacionada estandar Si Scholz, a solas con Biden en el Despacho Oval Rosalía Sánchez El canciller alemán ha viajado en solitario a Washington para entrevistarse con el presidente estadounidense en un formato inusual, con el que se busca, según fuentes del Gobierno alemán, «la máxima confidencialidad y la máxima solidaridad» La orden de búsqueda se refiere a «un niño o una niña» de nueve o diez años, que mide 1,20 metros y cuyo rasgo distintivo más importante es una gorra gris y blanca con un motivos de renos. La descripción policial añade que viste una chaqueta negra con capucha y de un forro naranja, pantalones negros, calcetines y guantes blancos con tiras reflectantes y una mascarilla quirúrgica azul celeste con la que se cubrió la cara durante el intento de atraco, lo que dificulta enormemente su identificación. Prueba de coraje La Fiscalía ha abierto una investigación por el delito de intento de robo y extorsión grave con coacción, a pesar de que, dada su corta edad, el autor de los hechos no podría ser procesado por falta de responsabilidad penal. Según el Código Penal alemán, los niños menores de 14 años se consideran incapacitados penalmente. El fiscal justifica la investigación por el interés sobre la posibilidad de que el niño haya sido instigado por adultos para cometer el delito. Según un informe de Hannoversche Allgemeine, los residentes de Garben-Mitte, en Baja Sajonia, comparten estas suposiciones. También se especula sobre la posibilidad de que el atraco constituyese una «prueba de coraje» , un reto entre amigos a través del que el protagonista de esta historia quería demostrar su hombría. La noticia ha sido difundida, además de por muchos otros medios de comunicación alemanes, por la cadena pública de radio infantil KIKA, en la que el presentador advirtió a los oyentes tras la lectura del teletipo: «A ver, chicos, si necesitáis conseguir algo de dinero, intentar atracar un banco no es la mejor manera de conseguirlo, incluso puede que sea la peor de ellas». La audiencia de KIKA ha participado después con llamadas telefónicas en las que aportaban ideas sobre cómo un niño de 10 años puede obtener dinero más o menos fácil, que iban desde «pídele a tus abuelos» hasta «vende tus cromos», pasando inevitablemente por el consabido «hazte influencer». El caso es que no es tan raro en Alemania como cabría pensar que un menor de 14 años sea sospecho de un delito. En 2021 se registraron alrededor de 68.700 casos de este tipo ; en el año anterior alrededor de un 14 por ciento menos, según la policía a causa de la pandemia. Y dentro de estos datos, una tendencia muy destacable es que cada año entran más niñas preadolescentes en la estadística, cuando hace solo cinco, era un asunto prácticamente exclusivo de niños de esa edad.