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Los expertos militares coinciden en que el factor decisivo en el desarrollo de la guerra en Ucrania será cuál de los dos bandos sea capaz de suministrar al frente más armamento, más rápido y durante más tiempo. La voluntad política de Occidente de proporcionar armas a Kiev se topa con los problemas logísticos que supone la fabricación de un armamento no existente y su traslado hasta Ucrania, que retrasa las entregas inevitablemente durante meses. En este contexto, el fabricante de armamento alemán Rheinmetall plantea un enfoque completamente innovador: construir una fábrica de tanques en suelo ucraniano. Se trata de una apuesta estratégica de tal magnitud que difícilmente puede plantearse sin haber hablado antes con los gobiernos de Alemania y de Estados Unidos. Noticia Relacionada estandar Si Scholz, a solas con Biden en el Despacho Oval Rosalía Sánchez El canciller alemán ha viajado en solitario a Washington para entrevistarse con el presidente estadounidense en un formato inusual, con el que se busca, según fuentes del Gobierno alemán, «la máxima confidencialidad y la máxima solidaridad» Lo anuncia hoy el jefe de Rheinmetall, Armin Papperger , en coincidencia con la entrada de la empresa a partir del 20 de marzo en el exclusivo índice bursátil de Frankfurt, el DAX 30, en sustitución de Fresenius Medical Care. «Se puede construir una planta de Rheinmetall en Ucrania por alrededor de 200 millones de euros», declara en una entrevista publicada por ‘Rheinische Post’, «podría producir hasta 400 tanques de combate tipo Panther al año». Modelo Panther Se refiere al nuevo modelo Panther, de última generación, presentado en el verano de 2022. Papperger asegura que las conversaciones con el gobierno ucraniano son «prometedoras» y que espera una decisión «dentro de los próximos dos meses». Se trata sin duda de una inversión arriesgada porque supone una incursión en territorio en guerra, pero Papperger se muestra convencido de que la planta podría protegerse contra los ataques aéreos rusos: «La protección antiaérea no sería difícil». Rheinmetall tiene actualmente una capitalización bursátil de más de 10.800 millones de euros. El precio de sus acciones se ha prácticamente duplicado desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, hace poco más de un año, que la ha convertido de nuevo en proveedor del ejército alemán. Según informa la Agencia de Prensa Alemana (DPA), Rheinmetall es una de las pocas empresas que ya ha recibido un pequeño pedido del «fondo especial» de 100.000 millones de euros establecido por el canciller Olaf Scholz para las fuerzas armadas alemanas. Con miras a futuros pedidos del gobierno federal, la empresa predice que «esperamos grandes pedidos en las áreas de municiones, vehículos de combate y una mayor digitalización». Pero la multiplicación de beneficios también se debe a la creciente demanda de otros países de la OTAN y la UE. Aunque su CEO no ha desvelado todavía los detalles y estructura de la inversión, cabe suponer que contar con una fábrica en suelo ucraniano significa que los países aliados de Ucrania tendrán solamente que enviar el dinero y que los tanques necesarios serán fabricados directamente allí. Y no son pocos. Ucrania necesita entre 600 y 800 tanques para una victoria, según los cálculos de Papperger. «Incluso si Alemania renunciara a todos los 300 tanques Leopard 2 disponibles y en manos de su propio ejército, no serían suficientes», señala. Rheinmetall, que produce entre otros los tanques Leopard, está ya poniendo a disposición de Ucrania alrededor de 250 unidades. «Estamos trabajando a toda velocidad», explica Papperger, «ya hemos puesto en funcionamiento más de 40 vehículos de combate de infantería Marder, para fin de año habrá alrededor de 100. Unos 30 tanques de los de 50 Leopard 2A4 ya están listos. Además, hay alrededor de 100 modelos Leopard 1 más antiguos, de los cuales podemos volver a utilizar 88 desde la perspectiva actual». Pero este suministro no es suficiente, en su opinión, porque espera que la guerra dure «probablemente durante los próximos años». «Mientras que los aliados occidentales están enviando suficientes armas allí para que Ucrania se defienda, los ucranianos no tienen suficiente equipo hoy para recuperar por completo su territorio», por lo que, desde su punto de vista, una fábrica en suelo ucraniano supone volver a repartir las cartas de la guerra, esta vez más a favor de Kiev. Papperger asegura que Rusia no tiene tantos recursos como Occidente en su conjunto, aunque también advierte que «no puedo ver por ninguna parte que el liderazgo en torno a Putin esté haciendo recortes en su curso agresivo hacia Ucrania».