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Con la guerra en Ucrania como protagonista de la campaña, los votantes de Estonia han reelegido como fuerza política más votada al Partido de Reforma Liberal Económica , de la primera ministra Kaja Kallas , en las elecciones parlamentarias de este domingo. Kallas, que llegó al poder en 2021, es considerada una de las partidarias más resueltas de Ucrania en Europa y se ha mostrado sin fisuras a favor de las sanciones europeas contra Rusia y de los envíos de armamento a Kiev. Su padre, Siim , fue primer ministro de 2002 a 2003 y es el fundador del Partido Reformista. La primera ministra habría obtenido el 31,5% de los votos , con un aumento de 14 puntos porcentuales que revalida su política exterior y su apuesta contra Putin. Su victoria aportaría estabilidad al frente oriental de la OTAN, en un país que tiene casi 300 kilómetros de frontera con Rusia. Pero la primera mujer al frente del gobierno de Estonia ha liderado hasta ahora una triple coalición con los socialdemócratas y el Partido Conservador de la IAMAA que aún no está claro que pueda repetirse en la siguiente legislatura, debido a que estos dos partidos han perdido un 2% y un 3% respectivamente. Se especula con la posibilidad de que se sume al gobierno el grupo liberal Eesti 200, con un 10% de los votos y por primera vez con presencia parlamentaria. Para Occidente resultaría tranquilizador que Kallas volviese a formar gobierno , aunque las negociaciones se presentan, de entrada, largas y bastante complejas. De lograrse, quedarían en la oposición el partido de oposición de derecha EKRE –segunda fuerza–, que pertenece en el Parlamento Europeo al Grupo de Identidad y Democracia de Marine Le Pen y que habría obtenido el 16% de los votos, dos puntos por debajo de su resultado de 2019. Como tercer partido en el Parlamento de Tallín quedaría el Partido de Centro, que tradicionalmente se nutre del voto prorruso y que habría visto descender sus apoyos. El hecho de que este partido respaldase las sanciones contra Rusia y la política de Kallas parece haber decepcionado a sus votantes. La fuerza rusa Alrededor de una cuarta parte de los 1,2 millones de habitantes de Estonia hablan el ruso como lengua materna además del estonio y la mayoría tiene la nacionalidad rusa. El pasado miércoles, cuando los restos chamuscados de un tanque ruso T-72 capturado por el ejército ucraniano fueron exhibidos en la plaza de la Libertad de la capital, Tallín, en un espacio adornado con banderas ucranianas y de Estonia, mientras se escuchaba el himno de Ucrania a través de los altavoces de la Iglesia de San Juan, partidarios y opositores de Rusia protagonizaron crudas discusiones callejeras y varios grupos llegaron a los puños. Muchos ciudadanos de Estonia de etnia rusa siguen los medios de comunicación de Moscú y culpan de la guerra a Kiev: están convencidos de que, si los ucranianos no hubieran bombardeado el Dombás, Putin no habría tenido que actuar, por lo que los consideran culpables.