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A menos de un año de entrar plenamente en campaña de primarias, D onald Trump está consiguiendo mantener el férreo control que tiene del Partido Republicano y, como ya hizo en su primera candidatura, logra mantener a raya a los competidores, incluso a los que hace apenas unas semanas tenían más enteros para alzarse como alternativa. Aunque sus familiares y acólitos tuvieron un desapasionado recibimiento en una conferencia conservadora que tuvo lugar en Washington este fin de semana , el presidente recibió todo tipo de vítores y, sobre todo, obtuvo el apoyo mayoritario de los participantes en una tradicional votación no vinculante entre los asistentes. A tenor de los discursos en esta conferencia, no solo de Trump, sino también de sus rivales internos, confirmados y supuestos, el partido está lidiando con una realidad cada vez más evidente y para algunos, incómoda: Trump se impone porque los demás competidores entran todos dentro del propio campo trumpista, mientras los republicanos más centristas, o con ideas diferentes, se van cayendo ante la obviedad de que las bases conservadoras siguen simpatizando de forma apabullante con el expresidente. Este ha perdido el voto popular en las dos elecciones pasadas y el colegio electoral en las más recientes frente a Joe Biden. Por ejemplo, en la votación tradicional de la Conferencia de Acción Política Conservadora, Trump obtuvo el 62% de los votos entre los asistentes, un ligero aumento respecto al año pasado. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, considerado una de las principales alternativas a Trump, obtuvo un 20%, seguido de la que fue embajadora de Trump ante la ONU, Nikki Haley, con un 3%. De momento, sólo Trump y Haley han anunciado que se presentan a las primarias, pero se considera candidatos, por la publicación de sus memorias o sucesión de mítines, tanto al ex jefe diplomático Mike Pompeo como al ex vicepresidente Mike Pence, que se ha distanciado de Trump desde el saqueo del Capitolio en 2021. Revés al ala crítica de Trump El ala republicana crítica con el trumpismo sufrió un gran revés el domingo cuando Larry Hogan anunció que no se presenta a las primarias. Hogan fue un popular gobernador de Maryland entre 2015 y 2023, y se alzó como uno de los republicanos más críticos con el expresidente, sobre todo tras el saqueo del Capitolio por parte de una turba que se negaba a reconocer el resultado de las elecciones de 2020. El mensaje de Hogan en su renuncia fue claro: sería idóneo encontrar un candidato de consenso alternativo a Trump: «Hay demasiado en juego como para arriesgarme a formar parte de otra pelea múltiple que podría acabar ayudando a Trump a recuperar la nominación». Pocos son los que se atreven a alzar la voz, y quienes lo hacen poco tienen que perder. Uno de ellos es John Bolton, que fue embajador en la ONU de George W. Bush y después consejero de Seguridad Nacional de Trump durante unos pocos meses. Según dice: «Creo que la prioridad ahora tiene que ser eliminar a Trump del proceso de nominación tan pronto como sea posible y creo que está muy claro que el error que cometieron los candidatos en 2016 fue ir unos contra otros en lugar de ir contra Trump». Aparte de la votación del congreso conservador, las encuestas con métodos más científicos auguran todas más o menos lo mismo: victoria de Trump en primarias, derrota probable en elecciones generales, sobre todo si es contra Joe Biden de nuevo. Un sondeo de Fox News publicado la semana pasada mantiene que Trump se impondría a otros 15 candidatos posibles con el 43% de los votos. a, de nuevo, le sigue en segundo lugar con el 28%. Nadie más roza ni siquiera el 10%. Otra encuesta de la Universidad Quinnipiac, publicada la semana pasada, refleja que Trump se impone a otros 13 rivales con un 42% de los votos, mientras que DeSantis mejora hasta un 36% de apoyos. Haley y Pence recibieron un 5 y un 4 por ciento de apoyo, respectivamente, situándose en un distante tercer y cuarto lugar. El propio Trump ahondó en la división del partido en su discurso en la conferencia conservadora, diciendo el sábado: «Teníamos antes un Partido Republicano gobernado por ‘frikis’, neoconservadores, globalistas, fanáticos de las fronteras abiertas y tontos , pero nunca vamos a volver a ese partido. La gente está cansada de aquellos que de republicanos solo tienen el nombre y de los globalistas». No todo son buenas noticias No todo son buenas noticias para Trump. Esta edición de la conferencia conservadora registró menos afluencia que años anteriores. Su hijo, Donald Junior, y la pareja de este, Kimberly Guilfoyle, dieron discursos de aperitivo a salas casi vacías, con un recibimiento gélido. Y si a las encuestas se añade en las primarias a independientes que suelen votar a los republicanos, el apoyo del expresidente se diluye. Una encuesta nacional del instituto demoscópico Marist Poll publicado el mes pasado reveló que su índice de favorabilidad entre los republicanos y los independientes de tendencia conservadora combinados cae al más bajo registrado por esa encuesta desde septiembre de 2016: un 68%. El mismo sondeo revela que un 54% de ellos cree que el partido tiene muchas más posibilidades de recuperar la Casa Blanca en 2024 con alguien que no sea Trump. Además, hay muy pocas encuestas que muestren a Trump con más del 50% de apoyos de las bases de su partido primarias, aunque no necesite una mayoría absoluta para imponerse. El campo demócrata no tiene tantos problemas. Aunque no son pocos los críticos internos con el presidente Biden, este no tiene competidores de peso en las primarias de su partido. De momento, la Casa Blanca mantiene que el presidente se va a volver a presentar a pesar de su avanzada edad y el hecho de que tendría 82 años al inicio de un posible segundo mandato.
