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Puede haber sido el devastador terremoto que afectó a Turquía y a Siria el que ha dado la puntilla, pero Ankara parece estar dispuesta a conceder la victoria a su antaño enemigo Bashar al Assad en la guerra civil siria. El Gobierno de Erdogan ha anunciado este miércoles su visto bueno a participar la semana que viene en Moscú en un encuentro dirigido a poner fin al conflicto, que lleva encendido más de once años, ha dejado al menos 300.000 muertos, y sobre todo ha forzado a la mitad de la población de Siria (11 de los 22 millones) a huir y refugiarse en campamentos de los países vecinos. Al encuentro, auspiciado por el Gobierno de Putin, asistirán los viceministros de Exteriores de Rusia, Irán, Turquía y Siria, como fase previa a un proceso que debe concluir con la firma de un tratado de paz al máximo nivel. Los Gobiernos ruso e iraní siempre han apoyado al régimen de Al Assad , también en el terreno militar, por lo que la sorpresa la constituye solo el compromiso turco. Desde el primer momento de la guerra civil, los rebeldes sirios -que aspiraban a derrocar la dictadura laica y dinástica de Damasco y sustituirla por un sistema democrático- establecieron sus bases en Turquía. Para Ankara, esa apuesta era atractiva, en el afán de Erdogan por alzarse como líder fuerte de la región; y sobre todo para anular a los kurdo-sirios, que actuaban en el seno de la rebelión con una agenda propia: crear en Siria un Estado independiente, que con el tiempo se ampliara a las regiones kurdas de Turquía e Irak. Noticia Relacionada estandar No La presión internacional consigue que la ayuda llegue a Siria Mikel Ayestaran Assad permite la reapertura de dos nuevos pasos desde Turquía y la ONU envía su primera misión a la provincia opositora de Idlib Nueva agenda Las circunstancias han cambiado en los últimos años de guerra. Estados Unidos, que apoyaba a los rebeldes, se ha retirado del conflicto, Bashar al Assad ha logrado reconquistar gran parte del país con la ayuda del Ejército ruso y las milicias pro-iraníes, y Turquía -que no ha hecho ascos a intervenir también militarmente- cree que tiene a las milicias kurdo-sirias bajo control. Además, y en un escenario de sorpresas que ha sido común a la mal llamada Primavera Árabe, con el tiempo se ha descubierto que el supuesto ‘frente rebelde democrático’ era en realidad un pupurrí de movimientos, algunos nada recomendables . Uno de ellos, el Estado Islámico (Daesh) llegó a crear su propio califato, y fue derrotado por una suma de fuerzas norteamericanas y kurdas. Así que la perpectiva de que los Assad sigan mandando en Damasco es, quizá, la menos mala de las opciones. Lo peor serán sus compañías: Putin, los ayatolás y el polifacético Erdogan.