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El Papa Francisco responde con duras palabras a la campaña del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua . Lo ha hecho durante una entrevista realizada por la agencia argentina ‘Infobae’ y publicada este viernes. Afronta la cuestión nicaragüense cuando el reportero le pregunta qué opina sobre la frase de Ortega «los obispos, los curas, los papas, son una mafia». «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega)», responde el pontífice. Recuerda que en Nicaragua «tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio». Se refiere a Rolando Álvarez , obispo de Matagalpa arrestado en agosto que rechazó ser exiliado junto al resto de opositores «enviados» a EE.UU y que ha sido condenado a 26 años de prisión. Noticia Relacionada estandar Si El Papa pide «parar a los traficantes de seres humanos» tras el naufragio en las costas de Calabria Javier Martínez-Brocal El Pontífice pide «que las aguas claras del Mediterráneo no se ensangrienten más» «Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas. Guarangas», añade el Papa. Precisamente esta semana, el régimen de Ortega ha elevado la tensión contra instituciones católicas, aplicando una ley que limita la actividad de ONG en Nicaragua. El gobierno nicaragüense ha cancelado la personalidad jurídica de Cáritas en el país -que ya desde 2019 había visto restringida su capacidad de maniobra en labores sociales y pastorales- y la de dos universidades católicas, la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN) y la Universidad Juan Pablo II. Esta última nació en 1993, precisamente como iniciativa de Cáritas, y está ligada a la conferencia episcopal del país. Justo hace un año fue expulsado del país el nuncio del Papa, Waldemar Stanisław Sommertag, y meses más tarde fueron cerradas emisoras de radio católicas y expulsadas las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa. En abril de 2018, tras las presiones del gobierno, abandonó el país Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, que ahora reside en Florida. El martes, Fortunatus Nwachukwu, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra, afrontó esta situación en la sesión del Consejo de Derechos Humanos. «La Delegación de la Santa Sede toma nota del Informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua y expresa su profunda preocupación por el recrudecimiento de la violencia en todo el país y la reducción, en los últimos años, del espacio de diálogo y negociación entre las autoridades y la sociedad civil», aseguró. En su último llamamiento sobre Nicaragua, el pasado 12 de febrero, el Papa pidió que «los corazones de los responsables políticos y de todos los ciudadanos se abran a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, de la justicia, de la libertad y del amor, y se alcanza mediante el paciente ejercicio del diálogo». Venezuela y dos imperiores en guerra en Ucrania En la entrevista de Infobae, el periodista Daniel Hadad menciona la situación de Venezuela, y el informe Bachelet de Naciones Unidas, que «habla de violaciones, descargas eléctricas, presos políticos, desaparición forzada de personas». «¿Ve alguna luz de esperanza en que pueda modificarse el régimen de Venezuela?», pregunta al Papa. «Pienso que sí. Pienso que sí, porque son las circunstancias históricas las que van a obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen. Pienso que sí. O sea, nunca cierro la puerta a posibles soluciones. Al contrario, la fomento», responde Francisco. Sobre la guerra en Ucrania, asegura que «sé que hay varios gobernantes que se están moviendo», pero no ve una solución a corto plazo. Menciona una iniciativa del primer ministro indio Narendra Modi y de «un grupo israelí». «Pero no sabemos en qué puede terminar», añade. También afronta esta cuestión en declaraciones a la televisión pública RSI. Recuerda que «el segundo día de la guerra fui a la embajada rusa en la Santa Sede para decir que estaba dispuesto a viajar a Moscú si Putin me daba una ventana para negociar. Lavrov (ministro de exteriores ruso) me escribió dándome las gracias, pero aseguró que no era el momento». El Papa añade que «Putin sabe que estoy disponible». Luego, lamenta que «allí hay intereses imperiales, no sólo del imperio ruso, sino de imperios de otros lugares. Lo propio del imperio es poner a las naciones en segundo lugar», sanciona.